Otoño en Ponga
Tierras escarpadas, picos emblemáticos como el Tiatordos o el Pierzu, el bosque de Peloño, el ecomuseo de Beleño, aldeas como Viego o Taranes, ríos de aguas bravas, en definitiva un paraíso para el turismo activo y de naturaleza. Así es Ponga Ponga, cuyo territorio está declarado Parque Natural, es un paraíso para el turismo activo. A las inmensas posibilidades de senderismo, en lugares tan emblemáticos desde el punto de vista de la riqueza boscosa como el tupido hayedo de Peloño, está la posibilidad de disfrutar las aguas bravas y practicar rafting o barranquismo, éste último en los cañones de Viboli y Carangas. Ponga ofrece, por tanto, todas las versiones del agua: ríos de alta montaña, como el Ponga y el fronterizo Sella, cascadas, cañones y
también aguas termales de alta calidad en el Balneario de Mestas. Para completar una piscina pública con unas vistas increíbles al Tiatordos y al cordal de Ponga. Su orografía, escarpada y abrupta, da mucho juego también para los aficionados al deporte de la bici, que pueden realizar actividades con bicicletas híbridas. Si lo que preferimos es el arte, el patrimonio y la etnografía, siempre queda la opción de visitar el Ecomuseo de Beleño dedicado a la madera y ubicado en la capital San Juan de Beleño, ir a las ermitas de Ventaniella o Arcenorio, al palacio de Sobrefoz, al Señoriu de Cazu o a las Aldeas de Taranes o Viego…y así tener una completa visión de lo que Ponga aporta al paisaje, cultura y costumbres en Asturias.